martes, 22 de marzo de 2016

El 8 de abril de 1730 se fundó la Misión de San José del Cabo Añuití.


Su principal fundador fue el jesuitas Nicolás Tamaral (1687-1734), quien ya había estado recorriendo la Península, en compañía del padre visitador José Echeverría, de quien no tenemos muchos datos, pero al parecer se encontraba recorriendo casualmente en esta región.

Una vez que instalaron la Misión de San José, no fue tan fácil relacionarse con los aborígenes pericúes, puesto que el historiador Pablo L. Martínez dijo que “al principio los indios se escondieron” y no se relacionaban con el sacerdote a cargo.

Sin embargo, la Misión comenzó a prosperar, gracias a su valor geoestratégico. La zona se convirtió en un lugar de paso de embarcaciones españolas conocidas como “Galeón de Manila” o “Nao de China”,  que traficaban mercaderías de Filipinas a México, y viceversa, pasando por el “Puerto de San Bernabé” que había sido creado por el explorador y cartógrafo Sebastián Vizcaíno.

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Los indígenas tuvieron recelo a la Misión Jesuita, por el estilo de vida que llevaban. No eran agricultores ni cazadores, sino más bien eran recolectores de frutos, por lo que no estaban acostumbrados a vivir reducidos en un lugar y les costaba mucho comprender algunas enseñanzas cristianas, como la obligación de dejar la poligamia, lo cual constituía su sistema social.

Sin embargo, una cantidad no determinada (se perdieron los registros), comenzaron a formar parte de la Misión, pero otros rebeldes fueron más hostiles y atacaban a la Misión cada vez que podían.

Así fue como en uno de esos ataques, queman la iglesia Santa Rosa, y en ella fallece el sacerdote fundador de la Misión, Nicolás Tamaral (1734).

En 1730, Nicolás Tamaral llegó por mar o por tierra a un lugar de la costa donde existía agua dulce, un oasis o un estero. Buscó un lugar con las condiciones adecuadas, y encontró un cerro con una vista impresionante donde decidió establecer la misión. En 1734, fue martirizado por una rebelión de los indígenas. El edificio fue destruido en cierta medida, y abandonado. La región se convirtió en una visita, es decir los misioneros venían en ocasiones a oficiar misa y continuar con la evangelización. La conquista espiritual terminó en 1840 con el abandono de las misiones sudcalifornianas.

No fue un acto aislado, porque un año antes, los pericúes disidentes habían matado al sacerdote Lorenzo Carranco, el cual estaba encargado de la Misión de Santiago de Coras Añiñí (actual poblado de Santiago).


A raíz de esos ataques cada vez más frecuentes, al año siguiente se encargó un avanzada del “ejército” de aquella época, a cargo del capitán Bernardo Huidobro, quien consiguió 30 “soldados” indígenas yaquis, y se armaron contra los pericúes, y sin la influencia religiosa, establecieron su destacamento militar que servía de prisión, en el año 1737, desde donde comenzaron a poner orden con mano dura, encarcelando y matando a muchos pericúes, lo que ocasionó que éstos se volvieran mucho más ariscos a relacionarse con las nuevas “autoridades”.

Desde entonces, la población de pericúes comenzó a mermar, hasta desaparecer en su totalidad la población directa, pero se puede encontrar mezclado en la sociedad cabeña, a muchos personas de razas mixtas (mezcla de aborígenes locales y descendientes nacionales o europeos), conocidos como “choyeros” (nombre que sale del fruto de la Choya, una planta local). En ellos se pueden ver características físicas comparables, como nariz larga y ligeramente curvada hacia abajo, y labios inferior pocos firme, que muchas veces le hace ver con las bocas semiabiertas. También se puede observar en su forma de hablar, que es más ligera de la normal, una excesiva pronunciación al “shesheo” o arrastre de la “sh” en vez de algunas palabras con “ch” y/o “y”; ejemplos: “sho soy shoiero” (yo soy choyero). “nuro osho” (número ocho), “morosho” (morocho), etc.

De alguna manera, la Fundación de la Misión de San José del Cabo, influyó en la extinción directa de los pericúes, haciendo que sus descendientes se mezclaran con los nuevos habitantes que fueron llegando de otras partes.

Actualmente, la ciudad de  San José del Cabo, es la cabecera municipal de Los Cabos, el cual es un destino turístico muy importante a nivel nacional e internacional, con aeropuerto internacional, decenas de canchas de golf de primer nivel, hoteles de lujos y distintos servicios turísticos reconocidos, donde todo el año vienen muchos famosos.


LOS DIFERENTES GRUPOS INDIGENAS QUE HABITARON BAJA CALIFORNIA SUR.

Los cochimies: eran  pobladores de la parte central de la Península de Baja California, conocidos por los Misioneros que llegaron hace 300 años, vivían con una cultura primitiva, vagando por sus playas y sus montes, sin casas, sin templos, pero tenían ritos dominados por sus Guamas o hechiceros, no tenían escritura ni Artes; no labraban campos, no criaban ganado; se alimentaban de las frutas espontáneas de los cactus, de la pesca y de la caza. Bien parecidos; de buena estatura, normalmente amables; desconocían sus orígenes y su procedencia. Decían haber llegado del Norte y que sus lejanos antepasados habían sido vencidos en una gran contienda y perseguidos por sus vencedores, se habían refugiado por las montañas de la Península. No tenían ningún interés para asegurar y mejorar su futuro; en esto se mostraron completamente diferentes de los i, Indígenas del Continente. Conocían la existencia de los pobladores de la Península anteriores a ellos que eran de mayor estatura y que habían pintado en las cuevas, figuras de animales y hombres. Pero no daban razón de ellos ni de su extinción. Los COCHIMÍES, llegaban a contar hasta el número 20 (los dedos de las manos y de los pies). Una vez que supieron hablar castellano, podían contar perfectamente hasta cincuenta; los más avanzados, hasta cíen. Dividían el año en seis partes, la primera la llamaban "MEJIBÓ" (escrita por otros como MEYIBÓ), 
Los pericues: conocidos también como edúes y coras— fueron un grupo étnico que habitó en el extremo sur de la península de California —en la región de Los Cabos—, al noroeste de México. Los pericúes se extinguieron étnica y lingüísticamente durante la segunda mitad del siglo XVIII. De los informes que llegaron hasta nuestros días acerca de ellos, se puede saber que vivían con gran austeridad debido a que el medio del sur de Baja California es demasiado hostil. No conocieron la agricultura y la base de su subsistencia era la cacería y la recolección. Según algunas hipótesis (Fujita, 2006), es posible que los pericúes hayan sido descendientes directos de los primeros grupos humanos que pasaron de Asia a América. A punta sur de la península californiana, desde Cabo San Lucas hasta el Cabo Pulmo, junto con las grandes islas del sur del golfo de California --como Cerralvo, Espíritu Santo, Partida y San José-- han sido reconocidas como el territorio étnico de los extintos pericúes. William C. Massey (1949) pensaba que la porción oriental de Los Cabos, incluidas la bahía de Las Palmas y la bahía Ventana, fueron ocupadas por el grupo guaicuriano conocido como cora --no confundir con los coras de Nayarit--. En investigaciones más recientes, se ha encontrado que la evidencia etnohistórica apunta a que los cora en realidad eran un grupo de filiación --o incluso, sinónimo de-- pericú (Laylander 1997).El estatus de la región de La Paz es incierto. Massey la asignaba a grupos guaycuras, ya fueran los coras o los aripes. W. Michael Mathes (1975) argumentaba que La Paz debió ser ocupada por los pericúes durante los siglos XVI y XVII, pero que posteriormente debió ser ocupada por los guaicuras, alrededor de los años 1668 y 1720. Una interpretación alternativa es que La Paz (llamada Airapí por los indígenas) fue un territorio que se encontraba en disputa por los pericúes y los guaicuras por la época en que llegaron los españoles a la región.

Los guaycuras: Fueron un pueblo nativo de Baja California Sur (México), que ocupó un área que se extendía desde el sur de la actual ciudad de Loreto hasta Todos Santos. Disputaban el área de La Paz a los pericúes. Los guaicuras entraron en contacto con los españoles en Airapí (nombre indígena con el que se denominaba el actual emplazamiento de la capital sudcaliforniana) alrededor del año 1530. Por un siglo y medio, los encuentros con las expediciones marítimas a la Península de California fueron esporádicos. Las misiones jesuitas destinadas a la evangelización de los guaicuras fueron construidas en Airapí (1720), Chilla (1721), Todos Santos (1733) y Chiriyaquí (1737). Los guaicuras estuvieron implicados en la Revuelta de los Pericúes en contra de los jesuitas en 1734, y comenzaron a declinar demográficamente en la segunda mitad del siglo XVIII. Probablemente se extinguieron culturalmente alrededor del año 1800.

Algunos exploradores y misioneros dejaron ciertos informes etnográficos relacionados con el pueblo guaycura. Los más detallados de ellos corresponden al sacerdote jesuita alsaciano Johann Jakob Baegert, que se estableció en San Luis Gonzaga de Chiriyaquí entre 1751 y 1768 (Baegert 1772, 1952, 1982). Baegert tomó demasiado a pecho su cargo en Chiriyaquí, al grado que calificó a los guaicuras de "estúpidos, brutos, sucios, insolentes, ingratos, mendaces, grandes habladores hasta el final e infantiles." (Baegert 1952:80). Pensaba que la organización social de este pueblo era el extremo de la simplicidad, y creía que ese sistema había permanecido siempre así (cf. Laylander 2000).

¿A que se dedicaban?

Los cochimies: El trabajo se dividía por el sexo, las mujeres tejían redes de pesca, acarreaban agua, reparación de bateas, recolectaban frutos. Y los hombres cazaban para poder comer y cuando había conflictos ellos defendían a la comunidad.

Los pericues: Se dice que los pericúes eran muy buenos navegantes y pescadores. La base de su sociedad era la explotación de los recursos marítimos, como eran un pueblo cazador-recolector, no practicaban la agricultura.
Los guaycuras: Ala caza y pesca de animales.

¿De que se alimentaban?

Los cochimies: Recolectaban frutos y semillas

Los pericues: se alimentaban de ostras, pescado y mamíferos marítimos. Los recursos de la tierra incluían al maguey, la pitahaya, y el venado.

Los guaycuras: Cazaban delfines y ballenas varadas, venados berrendos y fauna menor.


¿Cuál era su vestimenta?

Los cochimies: Los niños y adultos andaban totalmente desnudos. Las mujeres usaban un faldellín a la altura de las rodillas.

Los pericues: Los hombres siempre andaban desnudos. Y las mujeres usaban capital en los hombros y una falda abierta por los lados.

Los guaycuras: Las mujeres usaban una falda compuesta de carrizos y adornos. Los hombres y los niños siempre desnudos.

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